Vivimos una época particular, signada por la caída de algunos de los paradigmas que sostuvieron la vida humana durante siglos y no exagero si afirmo, siguiendo a sociólogos, filósofos e investigadores, que buena parte de estos cambios se deben a /están acompañados por la revolución tecnológica de los últimos veinte años.
Este blog, cuyo nombre es Tecnología, educación y sociedad, no puede abstraerse de los movimientos sociales que ocurren hoy en diferentes lugares del planeta y hoy, en particular, los movimientos sociales que, en diferentes países del Medio Oriente, están concentrando la atención del mundo entero.
En estos días, asistimos a la caída inevitable de uno de los regímenes más antiguos y poderosos de la región: Hosni Mubarak, presidente de Egipto, gobierna con mano de hierro desde el año 1981. El movimiento fundamentalista de los Hermanos Musulmanes, responsables del asesinato de su antecesor Anwar el Sadat, no lograron en 30 años acceder al poder. Aún la ráfaga revolucionaria iniciada en Irán en el año 1979 no logró resquebrajar el sólido aparato tejido por Sadat y reforzado por Mubarak. Las reformas político-ideológicas en Egipto, iniciadas con el vuelco hacia occidente y el tratado de paz con Israel, no hicieron mella en el régimen. Sin embargo hoy, basta escuchar a los manifestantes para darse cuenta que este movimiento lo que pide es más trabajo y menos corrupción, elecciones libres y juego democrático. En términos de Castells, hablamos acá de una "identidad de resistencia" que se forma de manera espontánea en el marco de un gobierno dictatorial. El crecimiento de este movimiento se ve favorecido y hasta posibilitado por la existencia de las redes sociales, sustentadas en plataformas como Facebook, Twitter y las redes celulares.
Difícil es pensar que este tipo de movimientos pudiera gestarse 20, 30 o 50 años atrás. No estamos diciendo que el fenómeno revolucionario es nuevo: el hombre ha gestado revoluciones desde los inicios de la humanidad. Pero éste fenómeno sí lo es, por su rapidez, espontaneidad, contundencia e imprevisibilidad. Sólo hace unos días atrás, y a pesar del movimiento triunfante en Túnez, nadie seriamente podía pensar en la caída de este régimen, y hoy podría decirse que la renuncia de Mubarak, ya insinuada para noviembre, es sólo cuestión de días.
Manuel Castells preanunció estos movimientos en su trilogía “La era de la información” y si bien en ese momento no los previó en toda su dimensión, hoy podemos decir que la que entonces se denominó “realidad virtual”, deja de ser “virtual” dado que invade de manera rotunda nuestras vidas.
Las redes sociales y en general, las meteóricas transformaciones que la tecnología produce día a día son ya un actor central en el juego de la política, la cultura, la economía de nuestras sociedades.
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Marcelo Dorfsman
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