Recorriendo novedades y propuestas, me encontré con un proyecto que vale la pena compartir: el proyecto europeo Avatar, que es una propuesta diseñada para crear herramientas y propuestas de enseñanza para los mundos virtuales, el más difundido entre ellos es Second Life.
Quien no conoce aún Second Life, le recomiendo ingresar e impresionarse. El participante podrá adquirir un perfil, cualquiera sea, y comenzar a “vivir” una vida paralela.
Second Life no es nuevo. Pero como tantas otras herramientas, el éxito de la película “Avatar” le dio un nuevo empuje a este tipo de entornos.
¿Cuáles son las características de este un mundo virtual?
Es tridimensional. En Second Life se puede activar en todas las direcciones, hablar, escuchar música, etc.
Es dinámico, como todo el mundo web 2.0. El participante asiste a un mundo ya creado pero en constante re-creación.
Es semi-gratuito. Second Life tiene espacios y actividades gratuitas, pero también espacios rentados, cuyo costo depende – entre otras – de la accesibilidad a los mismos.
Es medianamente accesible. Es fácil acceder, a veces su instalación presenta algunas dificultades tecnológicas, pero no es absolutamente transparente al usuario, que debe prepararse para hacer buen uso del mismo.
Tiene diferentes niveles de “especialización”. Al acceder es claro que, determinados usuarios han logrado niveles de especialización que les permite convertirse en “proveedores” de Second Life, lo cual redunda en su beneficio y en el del sitio.
¿Es posible aprender en Second Life? Por supuesto, como en cualquier otro entorno virtual. ¿Es fácil enseñar? No tanto. Para hacerlo, hay que generar una excelente propuesta didáctica, acompañada de un entorno atractivo que aproveche las ventajas de esta herramienta.
Crear un entorno atractivo es tarea de diseñadores, programadores junto con educadores muy entrenados en la herramienta.
Propuesta didáctica + entorno es la clave.
¿Y los riesgos?
El primero y el más común es pensar que la herramienta tecnológica de por sí, me resolverá los problemas de aprendizaje. Pues no, no es la herramienta… es la propuesta.
Y además, el acceso a la misma debe ser muy bien resuelto. No creamos que los niños o los jóvenes, por ser “nativos digitales”, tienen todas las “cuestiones tecnológicas” resueltas.
¿Vale la pena probarlo? Por supuesto. Pero primero, a jugar con la herramienta… No lo duden.
¿Y por último, cuándo usar la herramienta? Como todo entorno virtual, lo ideal es usarlo cuando además, nos resuelve problemas de tiempo y de espacio. Por ejemplo, para generar encuentros entre niños de diferentes lugares del país, “aulas hermanas”, o aún, grados diferentes de la misma escuela.
La educación a distancia es una excelente alternativa, cuando la educación presencial no es posible. Y las relaciones humanas, que toman diferentes formas también en estos entornos, se consolidan, sin duda, en el encuentro cotidiano.
Hasta la próxima!
Marcelo
1 comentario:
Muy bueno.
Publicar un comentario